Por: Juan Limachi
LIMA, 11 oct (Xinhua) -- Los conflictos y la crisis humanitaria en Oriente Medio y el Norte de Africa fueron otros de los temas que captaron el interés de las Reuniones Anuales del Grupo Banco Mundial (GBM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) durante los siete días que sesionaron en Lima, Perú.
El encuentro de gobernadores y ministros de Economía de los 188 países que integran estas instituciones financieras debatió sobre los mecanismos financieros más adecuados para la reconstrucción de los países desolados por las guerras civiles en Irak, Afganistán, Siria, Yemen y Libia.
El último día de sesiones, el presidente del BM, Jim Yong Kim, afirmó que esas regiones en conflicto viven una de las atapas más críticas de sus historias, marcada por los conflictos y la inestabilidad política.
"Esos conflictos ha causado una cantidad devastadora de violencia y destrucción, afectando la vida de millones de personas y creando efectos desestabilizadores a nivel global", expresó refiriéndose al impacto del desplazamiento de refugiados que huyen de la violencia hacia Europa y otros continentes.
Subrayó que solamente, en el caso de Siria, que es víctima del ataque de bandas armadas como las milicias del Estado Islámico y otros grupos extremistas, han generado pérdidas por más de 170 billones de dólares.
El representante del BM también dijo que si se suman los efectos catastróficos que han provocado estos conflictos en el resto de países donde las armas no tienen respiro, los costos de las guerras son inconmensurables y sobrecogedores por la magnitud de la tragedia.
Kim agregó que, paralelamente a los efectos económicos, otro de los aspectos preocupantes en esas regiones es la inestabilidad política reinante y los daños económicos que amenazan las perspectivas de crecimiento de estos países a corto y largo plazo.
Con respecto a los efectos humanitarios, detalló que estas guerras han provocado alrededor de 15 millones de personas que han tenido que abandonar sus hogares convirtiéndose en las más grande masa de desplazados de los últimos tiempos.
"Estamos enfrentando con una crisis humanitaria, económica y social sin precedentes, que amenaza en los próximos años el desarrollo de esos países, por lo que la comunidad internacional debe atender a la solución de esta crisis para mitigar una mayor escalada de los conflictos en esos países", anotó.
Durante las sesiones de la reunión de gobernadores, también participó el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien exhortó a buscar los mecanismos financieros adecuados para contribuir a la reconstrucción de los países afectados por estos conflictos.
"El mundo hoy está testificando los más altos niveles del conflicto en la última década y los más altos niveles de desplazamiento desde la Segunda Guerra Mundial", expresó el máximo líder de la ONU durante su discurso en las sesiones plenarias.
Según Ban Ki-moon, la magnitud de la realidad en esas regiones se ha complicado por la actitud intratable que han asumido los diferentes grupos armados involucrados en estas guerras fratricidas.
"Quienes promueven la violencia y la inestabilidad son más complejos e intratables que nunca, y nada enfatiza más esta realidad que los conflictos de Oriente Medio y el Norte de Africa", subrayó el secretario general de la ONU.
Exhortó a los organismos internacionales, asociados con las Naciones Unidas y la comunidad internacional a enfrentar esta dura realidad y contribuir financieramente en la reconstrucción de los países afectados.
Una de las propuestas de las Naciones Unidas es que la ayuda financiera se debe dar en dos niveles, en primer lugar a los desplazados que han salido de sus países y se encuentran desperdigados por el mundo y, en segundo lugar, para los desplazados internamente que no han podido salir de esos países.
Para el presidente del Grupo Banco de Desarrollo Islámico, Ahmad Mohamed Ali Al-madani, las guerras en esas zonas, cada vez, tienen un impacto en otras regiones como Europa, donde las oleadas de refugiados han empezado a dejarse sentir en toda su magnitud.
"El impacto de estos conflictos interminables a lo largo de esas regiones, incluyendo la crisis humanitaria de refugiados, ahora amenaza a los países que gozan de paz y cambiando nuestra posición de indiferencia", expresó.
Precisó que ante esta situación de magnitud mundial, la comunidad internacional no puede quedarse indiferente y debe actuar cuanto antes con de manera colectiva y con decisión.
Una parte de los 15 millones de desplazados buscan desesperadamente lugares donde encontrar seguridad para sus familias y paz para sus existencias destrozadas por las bombas y la metralla que mata sin discriminar a combatientes de civiles.
Actualmente, la mayoría de estos países de Oriente Medio y el Norte de Africa han quedado con infraestructuras completamente destruidas, lo mismo que vías de comunicación, escuelas, hospitales, centros de producción y servicios básicos colapsados.
