Animó a las empresas ferroviarias y navales a ser pioneras en la cooperación en capacidad productiva entre China y Brasil, y confió en que cada vez más fabricantes chinos tomen la delantera en la feroz competencia internacional.
El premier chino disfrutó del trayecto mientras el tren arrancaba, aceleraba, circulaba y frenaba en la estación. Tuvo también tiempo de conversar con el conductor, que le dijo que los trenes de fabricación china disponían de una tecnología madura, rodaban de forma estable y tenían capacidad para un mayor número de viajeros.